...Y EN CONSECUENCIA

Si por las noches pergeño filosofías que ningún Kant soñaría, si en mis cuadernos escribo poemas que Dios necesita para completar su creación, es sólo asunto mío. No os conozco, no creo en vosotros, espectros pensantes. Vuestras secreciones lo van adensando todo, vuestras obras redundan cuando todo arte ya se ha visto colmado de mil maneras.
Y, como todo lo innecesario es pecado, en consecuencia clausuro este blog, le doy la espalda a la sobrecarga, al debate estéril, a la búsqueda de sentimientos a través de formas creadas a priori... Le doy la espalda a las bibliografías y al html, me siento en el suelo, doy la vuelta al reloj de arena y observo el hormiguero desperezarse ante la retirada de los rigores del invierno.

Declaración de intenciones

Ante la morralla lanzada a la web por un individuo llamado David Carril Hernández, me he visto forzado a usar este método que nos ofrece la tan cacareada democratización de los medios para combatir lo que no son más que exacerbaciones intelectualoides, meras aporías de la mente de un muchacho que, desde el amor y el respeto, me gustaría desmontar pieza a pieza.
Aprovecho para saludar a mi madre que no me va a leer jamás, y a las legiones de usuarios de blogs, gente que colabora con todo su ser a llenar el mundo de basura verbal y de prepotencia.
Os odio, ni siquiera tendré la virtud de la indiferencia, es el odio el que me guiará contra todos vosotros, y contra todas vosotras.